
Alguien ha impreso en 3D su propio cerebro para convertirlo en una lámpara. Lo mejor es que tú también lo puedes hacer
Nos hemos topado con un usuario que comentaba en Reddit cómo ha convertido su resonancia magnética en una lámpara única: una réplica exacta de su cerebro impresa en 3D con una bombilla LED en el interior. El proyecto, que según el usuario nació tras unos exámenes médicos por migrañas, es algo a lo que tú también te puedes embarcar si cuentas con una impresora 3D y los requisitos necesarios para ello.
Lo que ha hecho. Marc aprovechó que tenía programada una resonancia magnética para sus migrañas y pidió a su centro médico una copia de los archivos digitales. Con ellos creó un modelo 3D de su cerebro a escala real, añadió un hueco para una bombilla E14 y lo montó sobre una base con la inscripción «Prueba de que Marc tiene cerebro». El resultado es una lámpara que, puede ser inquietante por las noches, pero que no deja de ser fascinante.
Un proceso al alcance de cualquiera. Obtener los archivos digitales de una resonancia es relativamente sencillo. Los centros médicos están legalmente obligados a proporcionar estos datos cuando el paciente los solicita, normalmente mediante un formulario de petición de datos médicos. Los archivos se entregan en formato DICOM, el estándar para imágenes médicas, generalmente en un DVD o desde un portal web donde podemos proceder con la descarga.
Software gratuito. La conversión de los archivos médicos a un modelo imprimible requiere tres programas gratuitos: 3D Slicer para procesar las imágenes médicas, MeshMixer para limpiar y esculpir el modelo, y MeshLab para reducir el tamaño del archivo. El proceso incluye segmentar el cerebro eliminando el cráneo y tejidos blandos, limpiar artefactos digitales, suavizar superficies y optimizar el archivo para impresión. Marc siguió un tutorial de YouTube que detalla cada paso del procedimiento.
Algunos desafíos de por medio. El modelo completo requeriría más de 24 horas de impresión continua, por lo que Marc lo dividió en tres secciones que se imprimen por separado y luego se unen con adhesivo. También creó cavidades internas para reducir el tiempo de impresión de 14 a 9 horas por sección y ahorrar material. El acabado final incluye lijado, relleno de imperfecciones, pintura y una capa de barniz transparente.
Un bonito recuerdo de su resonancia. El proyecto ha impactado a un buen número de usuarios. Además, es una iniciativa de la que se puede sacar mucho partido, desde elementos decorativos únicos hasta herramientas educativas. Y es que tener una réplica física exacta de tu propio cerebro plantea desde luego usos creativos inesperados. A pesar de que requiere cierta mano con la impresora 3D y mucha paciencia, no se trata de una operación extremadamente compleja. Así que si no tienes nada que hacer este fin de semana y tienes a mano una impresora 3D, ya sabes.
Imagen de portada | u/Soosbrecht
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Alguien ha impreso en 3D su propio cerebro para convertirlo en una lámpara. Lo mejor es que tú también lo puedes hacer
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por
Antonio Vallejo
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